sábado, 18 de octubre de 2008

El pavo



Otra vez lo olvidó.
Apresuradamente al llegar del colegio corrió al servicio de la cocina apenas sin poderse contener.
Lanzó un suspiro al desalojar todo el contenido de su vejiga a presión y pegó un respingo. El corazón se le aceleró ante la sorpresa hasta que su cerebro lo registró como "acontecimiento familiar que se repite todas las navidades".
Y ahí estaba otra vez el regalito de Navidad. En la ducha con su hermoso plumaje y sus patitas bien atadas, como un rehén en un secuestro.
Mirándole fijamente a los ojos con la cresta ladeada hacia la izquierda....y emitiendo sus sonidos culturales.
Se acordó de las Navidades pasadas.
Su padre tuvo la delicadeza de cerrar la puerta de la cocina y prepararlo todo como buen verdugo....Un barreño para echar la sangre y un cuchillo bien afilado.
En el salón...todos expectantes.
A través del cristal opaco de la cocina pudimos entrever el desarrollo de la pelea.
Alas batiéndose desaforadamente.....Gritos de pavo aterradores. Revoloteos por todos los lados. Salpicaduras de sangre en el cristal de la puerta....
Y al final con un tenebroso chirrido...la puerta se entreabre y aparece el pavo tan tranquilo.
Estas Navidades le toca a mi madre, a ver si tiene mejor suerte.

No hay comentarios: